El equipo que se conoció de memoria era así: Ricardo, Perucca y De Zorzi; Casalini, Rivero y Fogel; Vilariño, De Cicco, Rubén Bravo, Waldino Aguirre y Vidal. El entrenador fue Enrique Palomini. Rosario Central ganó el campeonato de Primera B de 1942 con una campaña excelente: jugó 32 partidos, ganó 25, empató 3 y perdió 4. Recuperó su lugar en la A, donde había llegado por invitación de la AFA en 1939. Le sacó ocho puntos al escolta Excursionistas y doce a Vélez Sarsfield, el tercero en discordia. A catorce puntos llegó Quilmes y los santafesinos de Unión ocuparon el quinto lugar con 37 unidades, a 16 de distancia.
El dato impresionante es que Rosario Central hizo 118 goles de en esos 32 partidos, lo que le otorga un promedio de 3,69 por encuentro. Con estos números, es el equipo con mejor promedio de gol en la historia de la Primera B.
Su goleador fue el Torito, Waldino Aguirre, que convirtió 32 veces. En esa temporada, Central le ganó 12-1 a Nueva Chicago, 9-0 a Sportivo Dock Sud, 8-2 a Acassuso, 7-3 a Sportivo Alsina, 6-1 a Argentinos Juniors, 6-3 a Almagro y a Temperley. En sus 16 partidos jugados en Arroyito, ganó 15 y dejó un punto frente al duro Excursionistas, futuro subcampeón. En condición de local, conquistó 85 goles, lo que le significó un promedio de 5,67 goles por encuentro. Impresionante.
Como visitante, aplastó 5-0 a El Porvenir y a Unión de Santa Fe, pero tuvo que sufrir cuatro caídas, una sorprendente goleada ante Sportivo Dock Sud por 6-3 y las derrotas frente a Argentinos (2-0), Vélez (2-0) y Colegiales (3-0). En la caída de la primera rueda ante el modesto Dock Sud, el presidente Agustín Rodríguez Araya le aplicó una multa de cien pesos a cada futbolista que jugó aquel partido por «no tener ninguna explicación la actuación desganada y deficiente del conjunto».
La mayor cantidad de goles en un torneo de Primera B la tiene Temperley, que llegó tercero en el campeonato de 1945 -atrás del campeón Tigre y de Argentino (Rosario)- con 129 goles en 40 fechas. El promedio: 3,22 por juego. Más goles, pero menos porcentual.