La historia de los partidos oficiales entre Banfield y Barracas Central arranca en la segunda división de 1918, en la vieja Asociación Argentina de Football. Luego siguieron midiéndose en la primera división amateur y como los dos no fueron invitados a participar en la Liga Profesional creada en 1931 por 18 clubes, tuvieron que seguir actuando en la Primera Amateur.
Ya dentro de la AFA, se encontraron en la segunda división y para 1939, el torneo los hizo protagonistas. Banfield ganó tras la única rueda y Barracas fue segundo junto con All Boys. Ellos tres, más Defensores de Belgrano, Temperley y Sportivo Dock Sud jugaron el hexagonal por el único ascenso a la Primera de 1940.
El 16 de diciembre arrancó el minitorneo y en el viejo Gasómetro, Banfield derrotó a Barracas por 3-2 en un partido que despertó polémica por la mala actuación de la defensa barraqueña. Tras los otros partidos y las cinco fechas restantes, Banfield se quedó con el primer puesto con 8 puntos, escoltado por Barracas y All Boys con 6. Así logró su ascenso a la Primera A.
Sin embargo, pocos se acuerdan que en la temporada anterior -de 1938- Banfield había ocupado el último lugar en la tabla de posiciones y debía descender a la Primera C de aquellos años. No lo hizo porque Estudiantil Porteño se desafilió y dejó un hueco entre los integrantes del certamen. La AFA anuló el descenso de Estudiantes de Buenos Aires, que había finalizado penúltimo, y también avaló que Banfield permaneciera en la segunda división sin descender «en mérito a su historia deportiva.»
Aquel triunfo por 3-2 a Barracas que inició el camino al ascenso banfileño, fue una nueva demostración de la existencia del soborno en el fútbol argentino. Dirigentes barraqueños presentaron una denuncia en AFA aduciendo que se habían producido situaciones irregulares en el partido. El 18 de enero de 1940, el Tribunal de Penas de la AFA suspendió a Banfield por un mes y se negó su ascenso a la A.
Presiones políticas hicieron que a fines de febrero, la AFA cambiara la decisión y no le quitara el ascenso a Banfield. No había sido el Tribunal de Penas sino el Consejo Directivo el que cambió las reglas. Se le permitió ascender, pero no lo autorizaron a jugar en las primeras cinco fechas del torneo de 1940. Una manera de querer quedar bien con el fallo anterior, ya que hubo varios jugadores de Barracas Central que habían declarado haber recibido dinero para jugar mal a propósito. Arrancaría el torneo de 1940, uno de los más corruptos en la historia de nuestro fútbol.
La historia entre banfileños y barraqueños se detendrá en 1946 y recién ahora, 76 años después, los enfrentará nuevamente. En total jugarán 31 partidos incluyendo tres cotejos por copas nacionales y el saldo es de 16 victorias de Banfield, 8 empates y 7 triunfos de Barracas Central.