Cuando a Julio Cozzi se le entregó el Calamar de Oro en la Fiesta del
Centenario, en mayo del 2005, el premio lo recibió de manos de Amadeo
Carrizo, invitado especial a la celebración. Delante del micrófono y
ante el aplauso cerrado de la concurrencia, el gran Amadeo dijo:
«Quiero decirles a todos que Julio Cozzi fue mejor que yo. Y que si yo
hubiese jugado en Platense, hubiera sido suplente suyo.» La ovación,
las lágrimas de Julio y el abrazo estrecho y varonil entre dos de los
más grandes de todos los tiempos. No hace falta agregar casi nada más,
salvo que Adolfo Pedernera, José Manuel Moreno y Alfredo Di Stéfano
siempre han señalado a Julio Cozzi como el mejor arquero en la
historia del fútbol argentino.
Platense tiene 106 años de vida y Julio Cozzi falleció en el mediodía
del domingo, muy cerca de cumplir sus 90 años. La existencia de ambos
ha sido indisoluble, desde que Julio Adolfo Cozzi naciera, un 14 de
julio de 1922, en el barrio porteño de Saavedra. Platense y Cozzi
ligaron sus vidas de manera definitiva en esa misma década del veinte.
En el libro «Historias y Relatos de un Siglo Calamar», el propio Cozzi
le contaba a Juan Pablo Sciarreta que «cuando yo era chico, mi papá
era el Intendente de Platense. Alrededor de la cancha había alambre
con bolsas arpilleras para que la gente no mirara el partido. Después
pusieron chapas y recién después llegó el material. Mi papá me llevaba
a la cancha. Yo jugaba en el club «El Tábano» (ubicado hasta hoy en la
calle Rómulo Naón 3029 de Coghlan) y después pasé a jugar en «Tren
Mixto». Mis amigos Juan Carlos Echeverría y el Negrito Sánchez me
engrupieron y me llevaron a Platense. Ahí me hicieron jugar y quedé.
Fue en diciembre de 1937, jugué unos partidos en Sexta división, tuve
que ir a la antigua AFA y firmé. Tenía 15 años…»
Cozzi inició su recorrido Calamar atajando en la Quinta división de
1938, que ganó el campeonato oficial. Platense Campeón, sí. Quinta
División de 1938. En cuarta División de 1939, Platense campeón de
nuevo. Para 1941, atajaba en la Reserva los jueves y estaba a
disposición para suplir al arquero titular, el reconocido Miguel Ángel
López. La oportunidad le tocó contra Atlanta, el 25 de mayo de 1941,
cuando Platense derrotó al Bohemio de Villa Crespo por 2-0, con goles
de Amiano y Torielli. Ese día, Platense cumplía 36 años de existencia
y debutaba Cozzi, como para demostrar otra vez la unión absoluta entre
el Club y su jugador más emblemático.
Alternó el arco con López y el peruano Honores, quedando afirmado como
titular a los 21 años, durante el torneo de 1944. A partir de allí
formó una famosa línea defensiva con José Piano y Antonio Iglesias,
Juan Carlos Fonda, Norberto Toledo y Aarón Wergifker. Sus lucidos
desempeños provocaron admiración de varios clubes más poderosos, pero
Cozzi privilegió siempre su amor por Platense, donde permaneció hasta
diciembre de 1949. Antes se había lucido con Carlos Aldabe y Domingo
Boero y luego, con Juan Carlos Menéndez y el santiagueño Gallardo.
Para 1946, ya formaba parte del plantel de la Selección Argentina, con
la que salió campeón sudamericano al ganar la Copa América de Ecuador,
disputada en 1947. Cozzi fue el arquero titular durante los siete
partidos del torneo. Para 1949, fue pieza fundamental en la
sensacional campaña del equipo marrón que le permitió llegar segundo
detrás del poderoso Racing Club. En esa temporada, Platense le ganó
2-0 a Racing en Manuela Pedraza y Crámer y le empató como visitante en
la Bombonera. Su estilo de arquero salidor, con muchísima seguridad de
manos y un estado atlético impecable que le permitía llegar a lugares
inesperados bajo el arco, le ganaron muchísimos adeptos en los
distintos clubes.
Así, durante un reportaje de 1947, el gran Américo Tesoriere (mítico
arquero de Boca en los años del amateurismo) expresaba que «Julio
Cozzi es insuperable. Lo vengo viendo con frecuencia y cada día es más
alta la impresión que me deja. Sin lugar a dudas, es el mejor arquero
que he visto en mi vida. Cozzi es fuerte en todo, incluso en la manera
de servir la pelota a sus compañeros… porque allí también juega el
arquero.» Por el contrario, el ídolo de Cozzi siempre fue Sebastián
Gualco, arquero de Platense entre 1931 y 1933, que luego brillara en
San Lorenzo, Chacarita, Huracán y Ferro. A mediados de los años
noventa, Gualco y Cozzi fueron convocados por la revista «El Gráfico»
para la producción titulada «Los Arqueros del Siglo» junto con Amadeo
Carrizo, Hugo Orlando Gatti y Ubaldo Fillol.
Para 1950, Julio Cozzi se fue a integrar el mejor equipo en la
historia del fútbol colombiano. Convocado por Adolfo Pedernera,
integró durante cinco temporadas el equipo titular de Millonarios de
Bogotá, junto con jugadores excepcionales como Antonio Báez, Néstor
Rossi y el gran Alfredo Di Stéfano. Las espectaculares actuaciones de
Antonio Báez -compañero de Cozzi en Platense durante 1948 y 1949- le
hicieron acreedor del apodo «El Maestrito» para no confundirse con «El
Maestro» Adolfo Pedernera. Con Cozzi, el periodismo colombiano fue más
rotundo: lo apodaron «El Arquero del Siglo».
Si algún hincha desprevenido o poco informado de su jerarquía pregunta
sobre cómo le pegaba Cozzi a la pelota, vale la pena reproducir parte
de sus respuestas en el libro del Centenario Calamar: «Con Antonio
Báez y Santiago Vernazza nos poníamos a pegarle al palo, después al
travesaño y después al otro palo. Con Antonio y con Adolfo Pedernera,
allá en Colombia, jugábamos por la cerveza para ver quien le pegaba al
travesaño. Y también jugábamos a poner la pelota en el saque de meta y
pateábamos para ver quién la metía en el túnel.»
Cozzi retornó a Platense para el torneo de 1955 y tuvo la desgracia de
integrar el plantel que descendió por primera vez en la historia
Calamar. Completó 200 partidos oficiales y una enorme cantidad de
rendimientos de altísimo nivel. Para 1956 se incorporó a
Independiente, donde jugó durante tres temporadas, con un total de 73
partidos oficiales y dos penales atajados que marcaron época: uno,
porque se lo paró al especialista Orestes Omar Corbatta, el puntero
derecho de Racing, en un clásico. El otro, porque al contenerle el
penal a Bolaña, provocó el descenso de Ferro Carril Oeste, en la
última jornada de 1957. Después del partido, Cozzi declaró que lo
había disfrutado especialmente porque Ferro le había ganado a Platense
en la penúltima fecha de 1955 y lo había condenado a la Primera B.
Había sido su venganza deportiva.
Tras un paso por Banfield jugando en la Primera B de 1959, regresó a
Millonario de Bogotá, donde ganó su cuarto campeonato colombiano.
Había dado la vuelta olímpica con el «ballet azul» en 1951, 1952 y
1953. Y en esos años, Millonarios había vapuleado por 4-2 al Real
Madrid en el mítico estadio Santiago Bernabeu, en el festejo de los
cincuenta años del club madrileño.
Siempre siguió siendo socio de Platense. Trabajó en las divisiones
inferiores en los años sesenta, dirigió interinamente al equipo
titular durante el torneo de 1966 y durante muchos años formó parte
del equipo de veteranos del club. Homenajeado reiteradamente, hace
poco tiempo se le impuso su nombre a la tribuna cabecera que da
espaldas a las vías del ferrocarril. Y durante 2010, recibió la
camiseta de Platense en el medio de la cancha, se emocionó y desandó
el camino del túnel para volver a treparse a la platea, desde donde
asiduamente concurría para alentar a su querido Platense.
No habrá velatorio. Su cuerpo será cremado y las cenizas quedarán para
siempre en el Estadio Ciudad de Vicente López. Fue un pedido permanente de Julio Cozzi, que su familia cumplirá con resignación y firmeza. En su memoria.
Biografía escrita el 25 de septiembre de 2011