La idea es recorrer los resultados más abultados que consiguió Boca Juniors a través de su historia en los torneos de AFA. Empezando por su máximo goleada, aquel 11-1 que le estampó a Tigre, el domingo 7 de junio de 1942 en la Bombonera. Esa tarde, Boca ya ganaba 6 a 0 cuando terminó el primer tiempo. Pío Corcuera cabeceó un centro a los 6m y marcó el primer gol, Ángel Laferrara concretó el segundo con un derechazo a los 9m, Alfredo Zárraga clavó un tiro libre a los 27m, el paraguayo Marcial Barrios hizo el cuarto a los 34m, Julio Rosell se dio el gusto a los 35m y cerró la etapa Barrios definiendo un centro de Rosell.
En la segunda parte la tormenta siguió cayendo sobre el arco del pobre Antonio Giglio, el arquero tigrense. Gol olímpico de Rosell, tercero personal de Barrios y noveno gol de Boca que concretó el talentoso Roque Valsecchi. Llegó el 10-0 a través de Laferrara, descontó Domingo Lazarte el wing izquierdo tigrense y el último tanto lo hizo Rosell para sellar tremenda goleada. Tigre se daría un gusto en aquel torneo de 1942, porque derrotaría a Boca por 2-1 en la segunda rueda, aunque no podría evitar el descenso.
Al año siguiente, Boca destrozó a Chacarita Juniors por 10-1 en la Bombonera, el 5 de septiembre de 1943. El partido fue muy accidentado y la clave del resultado hay que buscarla en la salida del excelente arquero tricolor, Isaac López, que abandonó el campo con lo que luego se comprobó sería una fractura de tabique nasal por un choque con un rival a los 16m del primer tiempo. Su puesto lo ocupó el defensor Italo Emanuelli. Cuando López dejó el arco, Boca vencía 2-0 (goles de Corcuera y del uruguayo Severino Varela).
Mario Sierro descontó de tiro libre, pero el juez Amoroso expulsó al wing funebrero Manuel Dorado y enseguida hizo lo mismo con el zaguero local Víctor Valussi y el delantero Sierra. Total, que quedaron 10 contra 8 y el partido cerró su primer tiempo con dos goles más de Boca que llevó el resultado a un inalcanzable 4-1.
En la segunda parte, Boca se floreó y aplastó la débil resistencia. Otro gol de Varela, dos tantos del talentoso y sutil Jaime Sarlanga, el popular Piraña, dos más de Corcuera y uno del puntero derecho juvenil boquense, un tal Mario Boyé, el Atómico, un delantero que tenía un cañón en el botín y sus disparos conmovían a todos. Fueron las únicas dos veces en las que Boca consiguió superar la barrera de los nueve goles en un mismo partido y lo increíble es que lo hizo en dos años sucesivos, 1942 y 1943.
En el amateurismo –Boca jugó entre 1908 y 1912 en la segunda divisional y llegó a Primera para 1913- produjo varios resultados abultados, pero no pasó la barrera de los nueve goles: venció 9-0 a su vecino Boca Alumni en el torneo de 1923 de la Asociación Argentina. El partido se jugó en el propio terreno boquense y el primer tiempo finalizó 5-0. Para la segunda parte, el arquero Santos Risso, de Boca Alumni (pequeño fundado en 1907 y desaparecido en 1934) decidió no jugar y su puesto lo ocupó el sacrificado defensor Romeo Corvetto. Los goles los hicieron Antonio Cerrotti, Armando Oliva, Domingo Tarasconi (2) y Dante Pertini (4), aunque el tercer tanto se lo hizo el propio arquero Risso, en contra.
Tres años más tarde, demolió a Porteño por el mismo 9-0, el 28 de noviembre de 1926, en la coqueta y chiquita cancha de los bosques de Palermo, con cinco goles de Roberto Cherro, dos de Cerrotti, uno de Mario Fortunato y otro de Julio Bissio. Ese año, Boca ganó el torneo con 15 triunfos y 2 empates y Porteño quedó último con dos empates y 15 derrotas. El 1° de agosto, Boca ya había mostrado su enorme poder de fuego al vencer 9-0 al duro Argentino de Quilmes, con un festival de sus delanteros: dos de Tarasconi, tres de Cerrotti, uno de Bissio, otro de Benjamín Delgado y dos del todoterreno Mario Fortunato.
En el último torneo del amateurismo, Boca hizo nueve goles por penúltima vez: en el viejo Gasómetro, le ganó a otro azulgrana, el simpático Honor y Patria de Bernal, que jugó ese torneo de 1930 por única vez en la A. Fue 9-1 y hubo siete goles de Roberto Cherro, uno del wing izquierdo Antonio Alberino y un autogol del zaguero José Tomero. Para el cuadro de Bernal, el tanto fue obra de Arquímedes Fontanini. Boca fue el campeón y su vencido, Honor y Patria, ocupó el penúltimo lugar entre 36 equipos.
Dentro del profesionalismo, existe un único antecedente de Boca ganando con nueve goles a favor. Ocurrió durante el torneo Nacional de 1974, cuando el equipo que dirigía Rogelio Domínguez recibió al modesto Puerto Comercial de Ingeniero White, una localidad vecina a Bahía Blanca. Fue el 8 de septiembre en la Bombonera: al minuto de juego, el puntero correntino Ramón Ponce (apodado Mané, por Garrincha) hizo un gol olímpico. Osvaldo Potente aumentó a los 9m y llegaron tres goles en el primer tiempo, uno de Enzo Ferrero, otro de Nicolás Novello y uno más de Potente. En la segunda mitad, Novello, Potente x 2 y Ponce, de tiro libre, llevaron el resultado a un 9-0 impensado.
En ese campeonato que ganó San Lorenzo de Almagro, los hombres de Puerto Comercial sufrieron la peor goleada del profesionalismo al caer por 13-1 ante Banfield, la tarde los siete goles de Juan Taverna. Además, ganaron dos partidos y perdieron los 16 restantes, recibiendo 75 goles en las 18 fechas. Boca ganó su grupo pero defeccionó en el octogonal final que consagró al cuadro azulgrana de Boedo.
Como local, Boca marcó ocho goles en ocho ocasiones. En el amateurismo se impuso 8-0 a Victoria en 1910, 8-0 a Universal en 1926, 8-0 a Atlanta en 1928 y 8-0 a Defensores de Belgrano en 1930. Desde 1931 hasta hoy, consiguió el mismo 8-0 contra Atlanta en 1935, un 8-0 sobre Tigre en 1937, un 8-2 ante Gimnasia y Esgrima La Plata en 1940 y un 8-0 frente a Huracán de Ingeniero White, casualmente el mismo origen de Puerto Comercial, pegado a Bahía Blanca, durante el torneo Nacional de 1968.