Suecia fue el organizador de la sexta Copa del Mundo, cuarto país europeo que era sede de un torneo cada vez más apasionante. Varias novedades que dejó la clasificación fueron la ausencia de Italia, eliminada por un equipo debutante como Irlanda del Norte, el trágico accidente aéreo en el que perdieron la vida varios integrantes del plantel del Manchester United y la selección inglesa, lo que debilitó al principal combinado británico y la vuelta de la Argentina a la competencia.
Tras 24 años de ausencia, el equipo argentino regresó tras imponerse en su grupo eliminatorio sobre Bolivia y Chile. Nadie entendió por qué los dirigentes de AFA no convocaron a Humberto Maschio o a Enrique Omar Sívori, figuras del torneo Sudamericano de 1957 cedidos al fútbol italiano. Con un entrenador anticuado como Guillermo Stábile, la Argentina había iniciado un tímido regreso internacional jugando varios amistosos contra países europeos.
Stábile convocó a un grupo de futbolistas de probada experiencia, varios de ellos que ya estaban en la parte final de sus carreras, como Néstor Rossi y Ángel Labruna. Pero nadie en el país conocía cómo jugaban los rivales que asignó el sorteo de la Copa. La participación argentina sería de las más flojas en la historia mundialista.
Tres días después, el equipo superó por 3-1 a Irlanda del Norte con goles de Corbatta, Menéndez y Avio, que jugaban en Racing, River y Vélez respectivamente. En la última fecha, se produjo el famoso “desastre de Suecia” cuando Checoslovaquia destrozó las ilusiones de Stábile y compañía. Una distancia futbolística abismal y una actuación que demostró las distancias físicas y de dinámica y precisión que hubo entre un equipo y otro.
Fue 6-1 y pudo ser peor. La Argentina tuvo que volverse eliminada en primera fase y en el arribo a Ezeiza el plantel fue recibido con monedazos y los gritos destemplados e insultos de mucha gente. Un papelón más.
Alemanes, suecos, franceses y brasileños llegaron a semifinales. Allí los locales derrotaron 3-1 a una sorprendida Alemania en tanto Brasil goleó a Francia por 5-2 con tres goles de Pelé. Francia tuvo en Just Fontaine, delantero del Toulouse, un goleador implacable. Metió 13 tantos en un mismo torneo, algo irrepetible. Cuatro goles suyos a Alemania le permitieron a su país quedar tercero por primera vez.
Brasil no dejó dudas, cuando el 29 de junio goleó a los entusiasmados suecos por 5 a 2, con otros dos goles de Pelé y un doblete de Vavá, el centrodelantero. La Copa quedó en muy buenas manos. El fútbol verde y amarillo eclipsó a los candidatos europeos y ganó el torneo de punta a punta. Se iniciaba un ciclo de dominación brasileño a nivel mundial, sin antecedentes.