La Argentina terminó ganando su grupo y quedando arriba de todo. El cachetazo que le dieron los árabes sauditas surtió efecto. Hubo charlas, más concentración, más análisis, cinco cambios después de la derrota y cuatro agregados tras vencer a los inexpresivos mexicanos.
Después de la caída inesperada había que ganar los dos partidos. Se consiguió el objetivo con absoluta justicia. Rompiendo la mediocridad del primer tiempo contra el equipo azteca, en un lapso aburrido donde casi no hubo remates al arco y con el gol de Messi que abrió el camino a un triunfo que no tuvo sobresaltos en lo que faltaba de tiempo. El hermoso derechazo de Enzo Fernández le dio más lustre al resultado.
Polonia fue una gran decepción. Renunció a toda acción ofensiva, se limitó a juntar a sus hombres en las cercanías de su arco y a aguantar los más de cien minutos que duró el partido. Ni Lewandowski se salvó. Casi que un insulto al fútbol fue su clasificación. Argentina tuvo la pelota, manejó los tiempos, falló un penal y no perdió la ambición, buscó con paciencia y prolijidad, erró pases, pero terminó definiendo el partido en la primera mitad del segundo tiempo.
Terminada la fase de grupos, queda claro que la zona que le tocó al seleccionado nacional fue de las más accesibles. Ni mexicanos ni polacos ni sauditas mostraron valores que los ubicaran como candidatos a la clasificación. No lo mereció ninguno de ellos y al final terminaron últimos los que sorprendieron al mundo venciendo al equipo de Scaloni.
En cambio, Inglaterra padeció el partido contra Estados Unidos y no tuvo problemas con Irán ni con Gales.Francia perdió con Túnez y le ganó con lo justo a Dinamarca. Los daneses se quedaron afuera sin demostrar nada positivo en sus tres presentaciones, dejándole la chance de pasar de ronda al áspero y eficaz equipo australiano.
Alemania repitió la debacle del 2018, abriendo algunos datos increíbles: ganó cuatro mundiales, el último en 2014 y lleva dos copas seguidas sin pasar la primera fase. Italia también ganó cuatro mundiales, el último en 2006, y van dos torneos consecutivos sin su presencia tan valiosa. Perder con Japón, encontrar el empate ante España por un grosero error del fondo ibérico, tambalearse contra la entusiasta Costa Rica demuestra que algo no está bien en el fútbol germano. Quizá la abundancia de extranjeros conspire contra los jugadores locales y los ahogue.
Marruecos ganó su zona venciendo a belgas y canadienses y empatando con los duros croatas. Repitió su clasificación de 1986 pero ganando el grupo, algo que no estaba en cálculos de nadie. Los belgas jugaron unos únicos 45 minutos dignos, en el segundo tiempo contra Croacia, desperdiciando media docena de situaciones netas, y se fueron envueltos en la indignación de sus hinchas, un rosario de discusiones internas y el alejamiento inmediato de su entrenador. O sea que esta zona también fue mucho más difícil que la que afrontó Argentina.
Países Bajos quedó primero tras ganarle –como Ecuador y Senegal- al impresentable equipo que puso Qatar en cancha, pero padeció con los compañeros del ausente Mané y embocó dos goles al final por errores del arquero Mendy. Con los muchachos de Gustavo Alfaro tampoco mostró nada interesante y estuvo a punto de perder. En suma, muy poquito para ser el primero.
En el repaso somero por seis grupos, la Argentina dispuso de las mejores posibilidades para clasificarse sin sufrir y lo hizo. Es que después de la dura caída ante los árabes, se dijo por todos lados que el cachetazo llegó justo para bajar humos, egos y ansiedades. Por eso vino bien y el camino parece otro. Más despejado y florido.