La hinchada de Huracán lo popularizó cuando se enfrentaba en el clásico barrial con San Lorenzo de Almagro y hoy el grito sigue vigente. El club azulgrana había perdido su Gasómetro querido (foto arriba, en la década del 20), que funcionó entre 1916 y 1979, hasta que la dictadura militar se lo birló con argumentos absurdos y un nuevo trazado de calles que jamás se hicieron.
El canto huracanense “¿De qué barrio sos/ de qué barrio sos/ de qué barrio sos San Lorenzo/ de qué barrio sos”, resultó original y no contiene agravios. En todo caso es algo real, diferente a todo lo anterior y que le pone algo de picante a la vieja rivalidad. San Lorenzo peregrinó sin cancha propia entre 1980 y 1993, cuando a fines de ese año inauguró el Nuevo Gasómetro, ubicado en el Bajo Flores.
Un amigo hincha del Globo contaba inquieto hace poco que “si ellos finalmente construyen su cancha en donde estaba el viejo Gasómetro, ya no nos queda mucho por cantarles”, tomando en cuenta la gran diferencia de campeonatos y partidos ganados entre uno y otro.
San Lorenzo nació en Almagro, más estrictamente en Boedo, que es la parte sur de Almagro. Lleva treinta años en el Bajo Flores, lo mismo que el Deportivo Español, que hoy navega en la cuarta categoría del fútbol nuestro, tras jugar casi tres décadas sin campo propio. Los millones de hinchas azulgranas quieren volver a Boedo, recuperar la mística del hermoso estadio que existió en Avenida La Plata y reconstruirlo.
Sin embargo, son numerosos los clubes que tienen nombre de barrio pero que poseen sus canchas en otros lugares. Almagro, Chacarita y Colegiales reúnen estas condiciones. Otros fueron creados en la ciudad de Buenos Aires, pero no lograron mantener sus estadios en la Capital. Independiente se fue rápido, Platense no tuvo más remedio. En el Gran Buenos Aires, Temperley y Tigre, hicieron sus templos futboleros en localidades vecinas a sus nombres, como Turdera y Victoria, respectivamente.
Los futuros rojos llegaron a Avellaneda dos años después de su fundación, en el inicio de 1905. Nacieron en el centro porteño. Sus creadores eran empleados de la popular tienda A la Ciudad de Londres ubicada en Avenida de Mayo y Perú. La primera cancha estaba situada en Flores Norte, yendo por la calle Boyacá y pasando el Arroyo Maldonado, hoy Avenida Juan B. Justo. Después se fueron a cinco cuadras de distancia, en Donato Álvarez (llamada Bella Vista en 1905) al 2000. En diciembre del mismo 1905 consiguieron un terreno en Recoleta que pertenecía al Colegio Mariano Moreno. Para mayo de 1906 y sin afiliarse todavía a la AFA se mudaron a La Paternal, donde lograron conseguir un predio en la esquina de Espinosa y Dorrego (hoy Paysandú).
Por fin, en febrero de 1907 llegaron a Avellaneda. La quinta cancha -ubicada en la calle Manuel Ocantos 540- sería la primera en territorio bonaerense. Para 1911 se mudó a la Avenida Mitre al 1600, en su cruce con la calle Lacarra, hizo su cancha a la que se le incendió la tribuna principal en 1922 y abandonó ese lugar poco después. Luego llegaría el lugar donde se radicó definitivamente. Compró el terreno en 1926 y construyó su estadio dejando todo listo para inaugurarlo en marzo de 1928. Cancha que se recicló en 2009.
Chacarita Juniors fue fundado en 1906, en el límite de Villa Crespo. Pasó muchos problemas para conseguir terreno propio: primero fue en Alvarez Thomas y Jorge Newbery, que por entonces se llamaba Chacarita. Jugó de local en la hoy Plaza Los Andes y luego recaló en Villa Crespo, con su cancha vecina del campo de Atlanta. Entre 1933 y 1944 estuvieron separados por una medianera y los Funebreros tuvieron que dejar su campo, porque una cooperativa de tierras formada por socios de Atlanta, compró el predio donde se asentaban. Recalaron en San Martín, muy a su pesar. En 1945 pusieron a punto su campo de San Martín, donde se mantienen hasta hoy.
Colegiales fue creado por futboleros anarquistas, que lo llamaron Libertarios Unidos en 1908. Tuvieron que cambiar de nombre a Sportivo del Norte por amenazas policiales y dejaron la costa del río en Núñez, para mudarse al barrio de Colegiales, donde se afincaron desde 1923 hasta 1933, ya que fueron desalojados. Desde 1926 se llamaron Colegiales, pero se tuvieron que ir de allí y pasaron en el campo de Villa Ortúzar, la recordada cancha de Fraga y Estomba, las dos calles que lo rodeaban. Recién en octubre de 1948 consiguieron su hogar definitivo, en el cruce de las calles Malaver y Posadas, en la localidad de Munro.
Almagro fue fundado en enero de 1911 y se refundó en 1916. Ingresó en 1917 al fútbol oficial teniendo cancha propia en Villa Lynch, pegado a San Martín. En 1920 pudo volver a la Capital, haciendo su predio en Caballito, en el cruce de Amambay y San Eduardo (hoy Eduardo Acevedo y Aranguren). Los sacaron de allí y cayeron en el despoblado Parque Chas, el barrio porteño de las calles redondas. Inauguraron su cancha en 1927 (entre las calles Bruselas, Cádiz, Ginebra y Génova) y diez años después festejaron su regreso a Primera División en ese estadio. La Municipalidad porteña los desalojó porque ampliaba el barrio y tras jugar una década en Villa Ortúzar, terminaron en José Ingenieros, a pocas cuadras de la General Paz, pero del lado de la provincia. Ahí inauguraron su actual cancha, el 7 de abril de 1956. Del barrio original queda la sede, ubicada en Medrano 522.
Creado como San Telmo Football Club el 5 de marzo de 1904, el futuro Candombero lo hizo en la casa de Juan Pantarotto, que cedió su hogar para darle vida, en Paseo Colón 1406. Antes del centenario argentino, ya San Telmo hacía de local en el terreno ubicado en las actuales Juan de Garay y Azopardo, donde fueron locales hasta 1926. Recién en noviembre de 1929 encontraron su nueva casa, en la despoblada Isla Maciel, donde casi un siglo después se mantienen vigentes. El viejo barrio está cerca, pero lejos al mismo tiempo.
El Club Social y Deportivo Liniers nació en 1931 y tuvo sus primitivas canchas en el mismo barrio, hasta que en 1942 consiguió poner a punto un nuevo predio en el cruce de Avenida Gaona y Avenida Juan B. Justo, ya en Ciudadela, en el Conurbano. O sea que los celestes del oeste o “la topadora” como lo llamaron en el nuevo siglo, jugaron muy poco en su barrio. Encima, la cancha de Ciudadela sufrió el avance del Acceso Oeste y el club debió salir a buscar un nuevo hogar: lo obtuvo en San Justo, inaugurándolo en diciembre de 1987. Liniers, pero con cancha en San Justo, en la barriada de Villegas.
Barracas Central le hace honor a su barrio, donde se afincó en 1913 tras iniciar su camino futbolero en Villa Soldati, cuando los fundadores decidieron jugar con el nombre del barrio donde habían ido a establecerse. Les duró poco y regresaron al mismo lugar donde están ahora. En cambio, Sportivo Barracas languidece en la Primera D tras un intento de recuperación cuando emigró a la ciudad de Bolívar y pudo jugar en la C, pero le duró poco. La memoria evoca aquel primitivo club que nació como club de remo en el Riachuelo, algo que hoy suena insólito y en 1913 comenzó sus participaciones, para ser muy fuerte durante los años veinte. Hizo su cancha muy cerca del hoy Parque Pereyra, en la manzana comprendida por las calles Luzuriaga, Iriarte, Río Cuarto y Perdriel. Fue un estadio amplio, donde jugaba habitualmente la Selección Argentina, donde se hizo el primer gol olímpico en el país (Onzari a Uruguay en 1924), que por decisiones erróneas de los dirigentes del club, fue desmantelado en 1942, cinco años después de que resolvieran desafiliarse de AFA. Volvió en 1967 a la D, pero nunca más tuvo cancha propia.
Platense nació cerca de la estación Retiro en 1905, tuvo su primitiva cancha al borde del Río de la Plata (Manuela Pedraza y Blandengues, hoy Avenida del Libertador) entre 1908 y 1917, cuando se corrió del Bajo hasta Núñez, en la mítica esquina de Manuela Pedraza y Crámer, donde se mantuvo hasta 1971, cuando debió desalojar el predio por deudas. Recién tuvo nueva casa en julio de 1979, cuando inauguró su cancha en Zufriategui y Liniers, a metros de la Avenida General Paz, pero del lado provincial, dentro del partido de Vicente López. Su gente grita que es de Saavedra, en realidad creció en el Bajo y en Núñez, y ahora crece en Vicente López, pero para casi todos es de Saavedra, otro barrio porteño.
Estudiantes de Buenos Aires nació en 1898, impulsado por los alumnos del Colegio Nacional Buenos Aires. Tuvo su primera cancha en Palermo (Oro y Blandengues) luego se mudó en el mismo barrio (Dorrego y Figueroa Alcorta), para irse a Villa Devoto en 1931 (pasó a ser Estudiantes de Devoto para los hinchas) y en 1959 recaló en Caseros, donde encontró su lugar en el mundo. ¿De qué barrio sos, Estudiantes?
Hay otras particularidades. River nació en La Boca, tuvo cancha en Sarandí, volvió a su primer hogar, se fue a Palermo y finalmente recaló en Belgrano durante 1938, pero su gente grita que es de Núñez. Los hinchas de Argentinos Juniors corean “La Paternal, La Paternal” pero la cancha queda en Villa Mitre. Vélez es de Liniers pero nació y creció entre Floresta y Villa Luro. Huracán es de Parque Patricios pero su gente reclama ser de “la Quema” y tuvo su primitiva cancha en Pompeya. El club Lugano nació como Compañía General Buenos Aires y cambió su nombre a General Belgrano, para finalmente ser Lugano. Vestido de naranja y blanco, siempre tuvo su campo de juego en Tapiales, desde 1917. Nació porteño y se hizo bonaerense, como tantos otros.
En el amateurismo hubo clubes que llevaban nombres barriales: Floresta jugó siete años seguidos, entre 1912 y 1919, alcanzando a jugar dos años en Primera División (1914/15). Camiseta violeta, hacía de local en el barrio: Lacarra y Directorio, o alquilando a los cercanos amigos de All Boys, del lado norte de la vecindad. El club La Paternal tenía ese nombre pero fue local en Villa Ortuzar, en el cruce de las calles Heredia y Montenegro, hasta que perdió el lugar. Jugó entre 1923 y 1967, cuando se desafilió.
Estudiantil Porteño nació en Recoleta (Alvear y Tagle), se fue a Ituzaingó, regresó al Parque Centenario y se radicó en Ramos Mejía, donde se desafilió en 1934. También hubo espacio para Deportivo Saavedra, Sportivo Coghlan, Sportivo Villa Urquiza, Atlético Villa Soldati, Flores Athletic, Flores Sport Club, Boca Alumni (con cancha enfrente, en la Isla Maciel), Villa Lugano, Villa Adelina, Villa Fürst y una cantidad de pequeños clubes que se perdieron en la bruma del tiempo, pero llevaban su nombre con el pequeño barrio que los identificaba.
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