Hace más de un siglo, exactamente en 1914, los hinchas de Tigre tenían el apodo de «los cascadores» porque le habían dado una paliza al árbitro Calixto Gardi, después de un partido contra Independiente. En 1915, Platense y Tigre se encontraron por primera vez en el torneo de la Asociación Argentina y allí se inició la rivalidad. ¿Por qué Platense? Entre los barrios de ambos no existían clubes que jugasen en primera categoría en ese tiempo amateur, salvo Defensores de Belgrano, que subía y bajaba. El viejo Libertarios Unidos anarquista que luego se convertiría en Colegiales, pronto dejó Núñez para buscar otros rumbos.
El 19 de septiembre de 1915 fue el primer choque, en la cancha que el ya Calamar tenía en Manuela Pedraza y Blandengues, hoy avenida Del Libertador. Platense se impuso 3-1, con goles de Balmaceda, Colombo y Annaratone. Al año siguiente, el Marrón venció 1-0 en la cancha tigrense apodada «del lechero ahogado», que se ubicaba junto al río Las Conchas y duró hasta el inicio de los años treinta. Ese año, Platense fue el subcampeón del torneo que ganó Racing, al que venció 1-0.
Ese partido, jugado el 23 de abril de 1916, fue la chispa del enfrentamiento histórico. Después que el puntero izquierdo Lázaro Amores estampara el 1-0 con un zurdazo cruzado que superó al arquero Edelmiro Calzetta, empezaron los incidentes entre los hinchas, los proyectiles sobre el árbitro Juan Cursach y el rápido éxodo de los hinchas visitantes ante el tenor de la gresca y la cercanía de «los cascadores».
Durante aquel amateurismo hubo un par de goleadas. Tigre consiguió la máxima ventaja en 1929, un 7-1 con tres goles de Juan Carlos Haedo, una de sus figuras, en tanto Platense había vencido 6-1 en 1924 en la mismísima cancha azulgrana. Entre 1915 y 1930 fueron 19 partidos, con 6 victorias de cada uno y 7 empates.
Fundadores del profesionalismo los dos, la disputa siguió en Primera A y el Calamar se hizo muy fuerte en su localía de Manuela Pedraza y Crámer, donde Tigre no pudo ganar entre 1917 y 1971, sumando 10 empates y 17 caídas. El futuro Matador logró imponerse fuera de su estadio cuando Platense perdió la cancha propia y lo hizo cuatro veces (2 en Atlanta, 1 en Morón y la propia cancha tigrense). Ya afincado en Vicente López, allí sí Tigre consiguió imponerse 2-0 en la B Metropolitana de 2004 con goles del Chino Luna y de Peralta Cabrera), aunque por única vez. O sea que Tigre venció venció dos veces en los 43 partidos en los que visitó a Platense en sus estadios, en 1917 y en 2004.
Hubo más goleadas, Platense se impuso 5-0 en 1932, 6-3 en 1938, 6-0 en 1946 y 5-0 en 1948, todo en la A. Ya en el ascenso, el Marrón goleó 5-1 en 1963 y 6-2 en 1964. Incidentes varios, como la gresca de 1975 en Victoria tras un áspero 2-2, la vuelta de Tigre a Primera en 1980 y el debut en Vicente López que finalizó con gases lacrimógenos y corridas. No juegan en campo Calamar desde el 13 de junio de 2007, cuando definieron el pase a la Promoción desde la B Nacional. Igualaron sin tantos y en la revancha, Tigre se impuso 2-0 ante un rival con varias ausencias de peso, ganando con justicia el regreso a Primera tras 27 años.
Justamente, Platense se mantendría entre la segunda y la tercera categoría desde allí hasta 2021, cuando regresó. Desde ese momento, disputaron apenas dos clásicos en Victoria, ganados con facilidad por Tigre, primero 4-0 (Colidio, Magnín 2 y Blondel) por la Copa de la Liga de 2022 y 3-0 el año pasado, con tantos de Cabrera, Menossi y Colidio.
Los números sumados de Liga y Copas Nacionales señalan 107 partidos, con 41 triunfos de Platense, 32 de Tigre y 34 empates. Una rivalidad que tuvo etapas duras, largos años sin enfrentamientos y la vuelta del añejo clásico ahora que ambos militan de nuevo en la A, donde Platense ha disputado 75 temporadas y Tigre 56. Se encontrarán nuevamente en Vicente López, la primera desde 2007.