Hace 85 años que Enrique Santos Discépolo compuso el excepcional tango “Cambalache” con una letra que retrató la realidad argentina en plena Década Infame. Hoy, no hay infamia sino pandemia y lo insólito es que lo han establecido los dirigentes de la Primera Nacional (antes B Nacional) para la definición del campeonato.
Repasemos: son 32 equipos divididos en dos zonas de 16 cada una. Equivale a 30 fechas de las que se jugaron 21 hasta la paralización del fútbol argentino por el coronavirus y la cuarentena que decidió el gobierno nacional. La poco entendible demora en definir cómo seguirá el torneo en el momento en que se habilitaran los partidos de fútbol de la categoría, recién se ha definido (según parece) el pasado martes por la noche.
El reglamento del campeonato especificaba dos ascensos. El primero se concretaría tras una final entre los ganadores de cada zona. Al momento de la suspensión, Atlanta y San Martín de Tucumán eran los líderes de ambos grupos. En teoría, ellos deberían disputar la final por el primer ascenso. A continuación, segundos, terceros y cuartos jugarían un reducido junto con el perdedor de la final y buscarían la segunda plaza.
Pero claro, pasaron cosas. A falta de nueve fechas, se anularon los descensos en todas las categorías, pero todavía no se sabe cuántos ascensos pueden proclamarse. En la reunión del martes último, se formó una comisión que determinará cómo seguir. Hay varios proyectos, pero está claro que las nueve jornadas no se disputarán y que no habrá descensos. O sea que es muy posible que los 32 equipos participen de la lucha por uno o dos ascensos.
Se verá cómo continúa la historia. Hay muchas presiones políticas, pero encima aparece la sombra del TAS de FIFA y su demora para determinar si es válido o no el reclamo de San Martín de Tucumán, que protestó desde una posición que tiene su lógica: era el puntero de una de las dos zonas al momento de la postergación del fútbol hasta nuevo aviso. Piden los tucumanos una final o un ascenso directo. La pregunta es: ¿Si el TAS falla a favor de San Martín cómo continuaría el torneo? ¿Podrá el organismo decidir con rapidez habida cuenta de que habitualmente no lo hace con tanta premura?
La falta de decisión, las presiones políticas desde algunos clubes que tienen anclaje fuerte en el gobierno nacional o en los gobiernos provinciales y algunas intendencias hizo que nada se pueda definir en estos días. Se nombró una comisión y las discusiones se trasladarán ahí. En este caso, se están devorando los de adentro y los de afuera no lo pueden creer.