Durante muchos años la leyenda popular decía que eran muchos los clubes del ascenso que no querían jugar en Primera División. El argumento era que hacerlo significaba gastar mucho dinero en traer futbolistas, tener que arreglar la cancha, eran muchas responsabilidades y todos terminarían perdiendo dinero.
Desde hace unos años, la situación es bien distinta. Todos los equipos que participan en el torneo de la Primera Nacional (ex B Nacional) se desesperan por llegar a la A, habida cuenta de la enorme diferencia económica que hay entre uno y otro campeonato. No solamente por el prestigio, por el sueño de jugar aunque más no sea dos partidos de una copa internacional o por volver a figurar más arriba en el mapa futbolero argentino jugando contra Boca o River, los clubes que la pelean en el ascenso mayor quieren jugar en la A. Como sea.
En la Primera Nacional compiten equipos de barrios porteños y suburbanos con sus ricas historias a cuestas y también clubes de provincias acostumbradas a pelear y jugar de vez en cuando en la A. El apoyo de muchísimos hinchas se destaca, por ejemplo, en San Martín de Tucumán y en Belgrano de Córdoba, dos grandes del interior del país que quieren regresar a la A lo más rápido posible. Por ahí circulan también el Lobo jujeño, el San Martín sanjuanino, Atlético de Rafaela y el ilusionado Estudiantes de Río Cuarto.
Entre los históricos del ascenso sueñan Atlanta, Ferro, Quilmes, Platense, Tigre, Chacarita, Temperley, Defensores de Belgrano y Deportivo Morón, entre los cuadros con más pergaminos y más historia. Sin embargo, el poder económico no es igual. Los clubes de barrio no cuentan con aportes municipales o provinciales, algo que sí sucede con varios equipos de las capitales del interior o de ciudades grandes. Ahí existe una diferencia que quizá no se note tanto en la cancha. Son 24 los clubes que han jugado en la A durante algún año de los 32 que forman la categoría.
Cada uno mueve sus fichas. El peso de Tigre es grande habida cuenta de la influencia de Sergio Massa, mientras Defensores juega su partido con el aporte grande de Marcelo Achile, encumbrado a una vicepresidencia de AFA. Los tucumanos de San Martín paladean el regreso a la A pero nada todavía está resuelto. Lideran su zona desde el comienzo y han iniciado una protesta que llegó hasta la FIFA, argumentando que les corresponde ascender porque la AFA ya dio por terminado el torneo, por culpa de la pandemia. Atlanta, que no juega en la A desde 1984, es el puntero del otro grupo, pero se ha mantenido fluctuando en sus posiciones. La decisión todavía no se tomó entre la dirigencia y nada está resuelto todavía.
¿Cómo se define todo? La versión más firme indica que habrá cuatro ascensos, siempre y cuando tengamos cuatro descensos al finalizar la temporada 2021. Es una manera de compensar la enorme presión para que haya más equipos en la A, aunque sea por una sola temporada. Versión 1, suben Atlanta y San Martín de Tucumán y los otros dos ascensos se definirían en un torneo reducido entre los cuatro o los ocho mejores de cada zona. Versión 2, se continúa el torneo hasta completar las nueve fechas que faltan y se cumple con el reglamento: esto es, una final entre los ganadores de zona en campo neutral y un reducido entre el perdedor de ese choque y los tres mejores de cada grupo.
Todo es posible. Todo puede suceder. Los dirigentes tienen la decisión en sus manos. Las presiones, la política y las ambiciones hacen lo suyo. ¿Quién puede hoy decir con seguridad qué pasará? Nadie. Estamos como buscando el fin de la pandemia. ¿Cuándo y cómo? No se sabe.