Fundado en mayo de 1905, afiliado a inicios de 1910 en la Asociación Argentina de Football, el ya denominado “calamar” jugó en la segunda división de ese año, padeció que lo enviaran a la Segunda de 1911 porque se creó la Intermedia Extra en esa temporada y fue repuesto en la ya definida Intermedia para 1912, que fue cuando consiguió subirse a lo más alto. Buenas campañas en sus dos primeros años, durante 1912 se produjo la primera escisión en el fútbol de Buenos Aires y alrededores.
Liderados por GEBA, varios clubes acompañaron al club de la aristocracia palermitana y crearon la Federación Argentina de Football, que apenas duraría tres años. La Asociación debió reformular el torneo de Intermedia y para ampliar la cantidad de clubes en la A, resolvió subirlos a los siete que habían jugado en la segunda división. Ferro Carril Oeste había sido el campeón, Platense lo escoltó y luego se ubicaron Boca, Estudiantil Porteño, Olivos, Comercio y Riachuelo. A ellos se sumaron Banfield (campeón de Segunda) y Ferro Carril Sud, invitado especial. Todos ellos pasaron a jugar desde 1913 en la A.
Platense –con su pequeña cancha ubicada en el cruce de Manuela Pedraza y Blandengues (hoy Avenida del Libertador)- jugaba allí desde 1908 y se mantuvo hasta cuando a mediados de 1917 trasladó sus petates a la misma Pedraza, pero en la intersección con Crámer, un sitio que lo cobijó durante más de medio siglo, ya que se mantuvo hasta 1971 en ese emblemático lugar.
Antes de irse, alcanzó el subcampeonato detrás del Racing Club en 1916, al que venció por 1-0 con gol de su delantero Manuel Fraga. Por esos años ya tuvo a su primer jugador convocado a la Selección Argentina, con el mediocampista Alberto Felisari. Fueron buenos años deportivos y los años veinte lo afirmaron en Primera, más allá de la insólita división del club en dos sectores, por problemas políticos entre sus dirigentes.
Así, entre 1921 y 1925, Platense jugó bajo ese nombre en las dos Asociaciones que dieron vida a dos torneos al mismo tiempo (entre 1919 y 1926 hubo Asociación Argentina y la rebelde Asociación Amateurs). El Platense de Manuela Pedraza se fue con la mayoría de los importantes a la Amateurs y el otro integró la primera división del ente oficial, aunque sin cancha propia. Para 1925 cambió su nombre a Universal, luego a Retiro y desapareció en la bruma de los tiempos.
Platense consiguió el tercer puesto de los torneos 1924, 1925 y 1926, con su célebre línea delantera formada habitualmente por Jorge León, Ricardo Cracco, Antonio Duarte, Julio Bissio o Luis Indaco y Manuel Pardal. Llegó a 1930 bien considerado y participó de la creación del fútbol profesional para 1931, donde debutó oficialmente venciendo a Vélez por 1-0.
El Calamar se mantendría en la A hasta 1955, por 43 temporadas consecutivas. Su centrodelantero Raúl Frutos fue el goleador de la temporada de 1943. En 1949 obtuvo el segundo puesto en la tabla de posiciones junto a River, aunque perdió el desempate. En ese tiempo tuvo muchos futbolistas surgidos de su cantera que brillaron en la Selección y en otros equipos más poderosos. El arquero Julio Cozzi, los zagueros Carlos Aldabe y Santiago Ibáñez, los medios Mario Pajoni, Jorge Maldonado, Adolfo Mamanna y los delanteros Santiago Vernazza, Juan Prado, Eduardo Ricagni y Vicente Sayago fueron importantes en su tiempo.
Primer descenso en 1955, una larga estadía de nueve años en la vieja Primera B, en tiempos de un único ascenso, Platense fue subcampeón en 1957 y 1962 pero no subió. Allí fue el inicio de cracks como Rubén “Marqués” Sosa, de Juan Carlos Morrone (triunfador en Italia), de Martín Pando y del arquero Enrique Topini. Ganó el segundo ascenso de 1964 al vencer en la última fecha de un pentagonal de desempate a All Boys, en un mítico partido jugado en el viejo Gasómetro, donde el bahiense Topini fue clave para el triunfo por 2-1.
Se mantuvo siete años en la A, con un pico altísimo en 1967, cuando ganó la zona B del primer torneo Metropolitano con la delantera más goleadora y en la semifinal cayó por 4-3 ante Estudiantes de La Plata en la Bombonera. El pincha de La Plata sería campeón finalmente, con un triunfo ante Racing. La delantera Calamar la integraban Jorge Miranda, Gualberto Mugione, Carlos Bulla, Néstor Subiat y Luis Medina y también quedó en la historia.
Para 1971, tras buenas campañas en 1969 (Carlos Bulla goleador del Nacional) y 1970, volvió a sufrir el descenso pero acompañado con la dramática pérdida de su mítica cancha del barrio de Núñez. Soportó la orfandad siendo local ocho años en distintos estadios, principalmente en Atlanta, aunque también lo hizo en Chacarita, Tigre, Defensores de Belgrano y San Lorenzo.
Campeón de la Primera B en 1976, comenzó un nuevo ciclo –el tercero- en Primera A y aquilató su fama de pelear para no descender. Así, zafó por penales contra Lanús en 1977 y fue el Granate quien retrocedió, en 1978 hizo bajar a Banfield en la penúltima fecha y para 1979 se dio el enorme gusto de inaugurar su actual estadio en Vicente López, a veinte cuadras del anterior, pero ya en territorio bonaerense, frente a Saavedra, el barrio que más lo identifica.
Tras ser tercero en el Metro de 1980, volvió a coquetear con el descenso y siguió zafando, con algunas buenas campañas y un amplio grupo de jugadores del club como Alejandro Alfaro Moreno, Marcelo Espina (goleador del campeonato de 1994), Claudio Spontón, Darío Scotto (goleador del torneo de 1991), Javier Baena, Felipe Bellini, Wálter Capozucchi, Raúl Cascini, Julio Gaona, Jorge Borelli, Eduardo Coudet, Adrián Coria, Cristian Díaz, José Chatruc y Carlos Fortunato, entre otros.
Tercer descenso en 1999 tras una pésima campaña en esa temporada, debut en la B Nacional, insólita caída a la B Metropolitana junto con el Racing cordobés en 2002 y cuatro años en ese desconocido tercer nivel. Ascenso en 2006, campañón en 2007 (Tigre le impidió llegar a la Promoción con Nueva Chicago para volver a la A), amargo regreso a la B Metro y un ciclo nefasto de ocho años más allí abajo, perdiendo dos claras chances de ascenso en 2013 y 2014, cuando cayó por penales ante Temperley.
Sin embargo, cambió la dirigencia, cambió el manejo económico y la estrategia. Armó un gran equipo que ganó el campeonato de 2018 al vencer 1-0 en el desempate a Estudiantes de Buenos Aires en la cancha de Lanús (gol de José Vizcarra), inició su nuevo camino en la B Nacional con una buena campaña y llegó al segundo ascenso en tres temporadas en esta recordada noche de lluvia y penales rosarina, culminada cuando Jorge De Olivera le paró su remate al defensor Benavidez, del Estudiantes cordobés.
Hoy, afirmado en un crecimiento institucional sostenido, con equipo consolidado en la Liga Nacional de Básquetbol y en la primera del fútbol femenino, Platense empieza su cuarta etapa en el fútbol mayor del país. Más de 70 años jugando allí lo acreditan en el puesto 16 en la tabla total de partidos jugados por todos los equipos en nuestra rica historia. Allí está. ¡Quién le quita lo bailado! El sufrimiento quedó atrás. Bienvenido otra vez, Calamar.