«Adrián de Vicente dejó su huella en Platense. Jugó dos temporadas, entre 1987 y 1989, con un saldo de 63 partidos oficiales y 22 goles convertidos. Delantero con buen manejo, con facilidad para armar juego, casi un mediapunta con un buen remate de media distancia y un cabezazo mortífero, Adrián se destacó en un equipo en el que tuvo socios ideales como Alejandro Alfaro Moreno y Ariel Boldrini, uno por cada costado.Especialmente recordados son sus dos goles a Boca, uno en la cancha de Vélez (victoria Calamar por 3-1 en 1987) y el que mostramos a continuación en la propia Bombonera, la noche del 2-0 en noviembre de 1988. Le hizo el tanto del triunfo a River en el Monumental (1-0 en 1989) y se lució muchas veces. Había salido de las inferiores de River donde debutó en 1982. Pasó por Instituto y Talleres de Córdoba y llegó a Platense en 1987. Su buen rendimiento en el Calamar le permitió ser transferido al Grasshoppers de Suiza donde brilló durante casi cinco años, con tres títulos ganados. Regresó para jugar en Racing (donde su papá Néstor había sido campeón en 1958 y 1961) y se retiró en Estudiantes de La Plata.Asiduo habitante de la platea Calamar, su vida se interrumpió cuando el 20 de marzo de 2011 fue chocado por un auto lanzado a una velocidad prohibida le quitó la vida a los 46 años. La Justicia hizo condenó al agresor, un asesino al volante, pero nada lo pudo devolver a la vida. Su recuerdo sigue vigente. Aquí, ese golazo convertido a Navarro Montoya, una noche primaveral de 1988 en la Bombonera.
Fuente: Manuel Eliçabe