Nunca había ocurrido pero sucedió. La Selección Argentina no pudo clasificarse para la Copa del Mundo que se disputó en México durante 1970. ¿Qué pasó? El equipo compartió un grupo junto con Bolivia y con Perú. Perdió sus dos partidos de visitante (3-1 en La Paz y 1-0 en Lima) y tras vencer al cuadro boliviano por 1 a 0 con un penal que convirtió el zaguero Rafael Albrecht (San Lorenzo), no le pudo ganar al buen seleccionado peruano que dirigía el brasileño Didí.
La Selección Argentina, afuera de México 1970 por no poder vencer a Perú
El partido se jugó en la Bombonera y finalizó 2 a 2. Con ese punto, Perú ganó la zona y consiguió regresar a un Mundial, algo que no hacía desde 1930. La Argentina, que tuvo como entrenador a don Adolfo Pedernera, debería ver por televisión el torneo, algo que por primera vez permitió a muchísima gente acceder en directo a las imágenes en blanco y negro.
La historia argentina hasta allí en los nueve mundiales jugados sumaba un subcampeonato en Uruguay, intervención en cuartos de final en 1966, ausencias injustificadas en 1938, 1950 y 1954 y eliminaciones en primera fase en 1934, 1958 y 1962. O sea, nada que explique la supuesta excelsa calidad del fútbol local, cuyos clubes ya habían ganado cinco Libertadores para mediados de 1970.
Sin Argentina, vencedor de Brasil por 2-0 en un amistoso jugado el 4 de marzo en Porto Alegre, se suponía que el equipo donde brillaban Pelé, Jairzinho, Tostao y Rivelino era el favorito, aunque de Europa se perfilaban el campeón vigente Inglaterra, además de Alemania Federal e Italia.
La primera fase no trajo casi ninguna sorpresa. La Unión Soviética y México pasaron de ronda tras dejar atrás a belgas y salvadoreños. Italia y Uruguay superaron a suecos e israelíes, Alemania Federal y Perú avanzaron en desmedro de búlgaros y marroquíes, mientras que Brasil e Inglaterra se quedaron con los dos puestos por encima de checoslovacos y rumanos.
Ya en los cuartos, Uruguay sorprendió ganándole con un cabezazo en el minuto 119 de Víctor Espárrago a la Unión Soviética y se metió en semifinales. El duelo sudamericano entre Brasil y Perú se resolvió para el equipo de Pelé, con delanteros que aprovecharon las ventajas defensivas de un cuadro peruano con juego y potencia ofensiva pero sin la suficiente solidez atrás. Fue 4-2, con dos goles de Tostao, uno de Rivelino y otro de Jairzinho, haciendo Gallardo y Teófilo Cubillas los tantos incaicos.
En Toluca, Italia soportó un gol mexicano para convertirle cuatro tantos y dejar afuera al humilde dueño de casa. El puntero izquierdo del Cagliari, Gigi Riva, hizo dos goles y mostró su capacidad para el remate de media distancia. Por lejos, el partido más entretenido de la fase de cuartos lo jugaron alemanes e ingleses, los dos finalistas de cuatro años antes. Hubo desquite germano, porque si bien Inglaterra ganaba 2-0 bajo el calor sofocante de León, Alemania lo empató con un tanto de Franz Beckenbauer y otro de Uwe Seeler. Ya en la media hora suplementaria, fue Gerd Müller quien anotó de cabeza ante la fragilidad del arquero Bonetti, sustituto de Banks, que estaba lesionado.
En semifinales, los europeos (Alemania e Italia) y los sudamericanos (Uruguay y Brasil) se debieron eliminar entre sí. Los dos partidos se jugaron a las cuatro de la tarde del 17 de junio. En la ciudad capital mexicana, alemanes e italianos hicieron un partidazo. Gol de Boninsegna a los 8 minutos y empate alemán en la última jugada. A suplementario igualando en un gol. Increíblemente, hubo cinco goles más en esa media hora adicional: Müller puso el 2-1 para Alemania y lo igualó Burgnich, aumentó Riva para Italia y otra vez Müller hasta que Gianni Rivero, el ídolo del Milán estampó el 4-3 definitivo y la clasificación italiana a la final como en 1938.
Brasil derrotó a Uruguay por 3 a 1 aunque le costó bastante más de lo que se suponía. Luis Cubilla señaló el 1-0 celeste y lo empató Clodoaldo. En los últimos 15 minutos desniveló Jairzinho que hizo una corrida larguísima para vencer a Mazurkiewicz y finalmente Rivelino clavó un zurdazo mágico.
Alemania alcanzó el tercer lugar al vencer a Uruguay con un zurdazo de Overath, un día antes de la gran final: 21 de junio en el Estadio Azteca ante casi 110 mil personas. Dos equipos muy distintos, uno que era fútbol prolijo, incisivo, audaz y tenía en Pelé, Jairzinho y Rivelino sus grandes figuras. Italia aferrada a su solidez defensiva y la aspereza del medio, buscaba sorprender de contra.
Gol de cabeza de Pelé (el último en una Copa del Mundo) y empate de Boninsegna. A los vestuarios 1 a 1. En la parte final, el show brasileño: tremendo bombazo de Gerson desde lejos, jugadón de Pelé y gol de Jairzinho y una jugada excepcional que concluyó el lateral Carlos Alberto con otro balazo desde el sector derecho. Fue goleada, 4 a 1 y fiesta. Ovación para Brasil y la gran despedida de Pelé, que jugó cuatro mundiales y ganó tres. Ese Brasil quedó en el recuerdo como una máquina de fútbol. Tercer Copa en el bolsillo. Y la Argentina, viéndolo por televisión.