Son siete clubes que están unidos por un hilo invisible que los hace diferentes a todos los demás. Es que todos ellos han trajinado campeonatos en las cinco categorías del fútbol metropolitano, mal llamado fútbol argentino. La lista la integran Estudiantes de Buenos Aires, Deportivo Español, Arsenal de Sarandí, Deportivo Armenio, Defensa y Justicia, Deportivo Italiano y Deportivo Morón.
En realidad, el Pincha de Caseros -fundado en 1898 por alumnos del Colegio Nacional de Buenos Aires- fue animador durante 27 temporadas en la Primera A del amateurismo y para ponerlo en igualdad de condiciones con los otros seis clubes -creados dentro del período profesional- le computamos el único jugado durante este ciclo rentado, que ocurrió en 1978, torneo Metropolitano que ganó Quilmes.
En la A, quedó escrito, Estudiantes participó en 1978 y descendió. Deportivo Italiano lo hizo durante la temporada 1987/88 y Deportivo Morón participó del torneo de 1969. En cambio, Deportivo Armenio ganó el primer Nacional B de 1986/87 con una campaña espectacular en la que se mantuvo invicto durante 34 partidos seguidos y resistió dos años en la A, sin tener cancha propia. Arsenal llegó en 2002 a la A y logró estabilizarse, ingresando en su 15a temporada consecutiva. El cuadro de la familia Grondona fue creado en 1957, se afilió a la AFA en 1961 y tuvo su primer descenso, cuando debió bajar de la Primera B a la Primera C en 1985, pero regresó al año siguiente. En 2018 retrocedió a la Primera B Nacional y volvió recargado con una gran campaña en el último torneo de la Superliga.
Defensa y Justicia es el más novato: entró en la Primera D para 1978 y fue ascendiendo, con algún descenso luego recuperado, hasta llegar a la A, a la Copa Sudamericana y para 2020 a la Copa Libertadores. El subcampeonato que obtuvo detrás de Racing le permitió alcanzar el máximo torneo continental. Deportivo Español -nacido en 1956- llegó a la máxima división en 1967 pero se fue rápido y regresó para 1985. Estuvo 13 años más, para despedirse de la A en 1998.
Un paso efímero tuvo Almirante Brown por la A: jugó el cuadrangular de ascenso y descenso en 1970, junto con Ferro Carril Oeste, Colón y Quilmes. Eran dos de la A y dos de la B, todos contra todos en cancha neutral. Almirante perdió los tres partidos y no pudo subir, pero esos dos encuentros ante Colón (2-5) y Quilmes (1-2) los jugó perteneciendo a la A. El cuadro aurinegro arrancó como Deportivo San Justo en los años 50 y cambió cancha porque se mudó a Isidro Casanova y también el nombre.
Lo mismo ocurre con Defensores de Belgrano, que si bien jugó 14 años en la Primera del Amateurismo, durante el profesionalismo participaría del torneo de Reclasificación de 1967, cuando llegó como campeón de la vieja Primera B, que insólitamente no tenía ascenso directo. Fue un torneo de diez clubes, los seis peores del Metropolitano de la A y los cuatro mejores de la B. Jugaron 18 fechas y al final, los seis ubicados en las mejores posiciones jugarían para 1968 en Primera División. Sin embargo, Defensores no consiguió sumar los puntos necesarios y debió quedarse en la B. Fue su única participación.
El caso de Argentino de Quilmes es diferente a todos los anteriores. Nacido en 1899 porque los criollos no eran aceptados por el entonces muy británico Quilmes Athletic Club, ingresó pronto en el fútbol oficial. Jugó 20 años en Primera y 9 en Segunda o Intermedia, como también se llamaba a esa categoría. Pasó por Primera B y logró llegar a la A en 1938, tras vencer en la final a Quilmes. Tuvo una temporada terrible: sacó 4 puntos sobre 68 posibles y bajó rápidamente. Siguió en la vieja B, retrocedió a Primera C y se fue a Primera D donde estuvo siete temporadas. Ahora regresó a Primera C y hace muy poco obtuvo el ansiado regreso a la B Metropolitana. Lo curioso es que nunca jugó en la B Nacional. Esa es su diferencia con todos los demás.