A fines de abril de 1948, Colón debutó en la vieja Primera B tras años de esperar cada vez con menos paciencia la incorporación al fútbol metropolitano de la AFA. Es que Unión lo había madrugado en 1940 y pasó casi una década hasta que le dieron el aval definitivo. El partido inicial lo jugó en Manuela Pedraza y Crámer, la cancha que Platense tuvo entre 1917 y 1971. Allí hizo de local Colegiales, que muy poco tiempo después encontraría su hogar en Munro.
Colón venció 3-2, con tres goles de Saturnino Funes, que venía de hacer goles en Rosario Central y en su paso por Deportivo Marte de México. Alcanzó el subcampeonato escoltando a Quilmes en 1949 y repitió la misma posición en 1950 atrás de Lanús y en 1951, cerca de Rosario Central, que ganó el torneo y volvió a Primera A. En el largo torneo de 1949 (40 fechas) goleó por 6-0 a Talleres de Remedios de Escalada y en su casa se mantuvo invicto, con 15 triunfos y 5 empates.
La leyenda del “Cementerio de los Elefantes” como se la llamó a la cancha de Colón, se inicia justamente en ese tiempo.
Los Sabaleros se hicieron invencibles en su campo y mantuvieron un larguísimo invicto que duró desde el 9 de mayo de 1948 (0-0 con Almagro) hasta el 7 de diciembre de 1952, cuando Quilmes lo superó por 2-1. En total fueron 71 partidos consecutivos sin derrotas en su estadio, con 54 victorias y 17 empates. Habrá que investigar para encontrar una racha positiva de local que la pueda superar. En esos cinco campeonatos, José Belarmino Canteli hizo 108 goles, rompiendo marcas en 1949 al alcanzar los 43 tantos. Canteli era insider derecho y se había destacado previamente en Newell’s y en Platense.
En ese lapso hubo un 8-1 al mismo Talleres, un 8-3 a Temperley, un 6-1 a Nueva Chicago y un 7-0 a Defensores de Belgrano. En los años 50 aparece un 6-0 a Chicago en 1955 y un 6-0 a Los Andes en 1958. Hubo un durísimo descenso a Primera C y una travesía desafortunada en cuatro temporadas por allí, hasta que por el aumento masivo de clubes en la B le tocó ascender, cuando había ocupado el undécimo puesto en 1963 entre dieciocho cuadros. Durante el exilio en la tercera categoría, Colón aplastó 6-1 y 7-2 a Leandro N.Alem, el club de General Rodríguez, goleó 8-2 a Brown de Adrogué y 6-2 a Almirante Brown de Isidro Casanova. Fueron las únicas tres victorias superiores a los cinco goles propios.
El año del esperado salto a Primera fue 1965, aquel equipos de los uruguayos Medina, del Mono Obberti, del Pulga Ríos y del crack Canevari. Ascendió junto con Quilmes y le sacó tres puntos de ventaja en la tabla final. El 6-1 a Talleres fue su resultado más abultado. Entre 1966 y 1981, año del primer retroceso, Colón había hecho solamente seis o más goles: ocurrió el 22 de septiembre de 1977, cuando venció 6-3 a Huracán, con dos goles del extremo izquierdo Daniel Aricó, un tanto de Eduardo Vega, un penal convertido por Ricardo Aniceto Roldán y goles de José Artemio Luñiz y Juan Carlos López.
La otra victoria con seis goles en Santa Fe jugando en la A, se produjo el 18 de diciembre de 1996, cuando derrotó 6-0 a Banfield, gracias a goles de Hugo Ibarra, Mauricio Risso que hizo tres, Nelson Agoglia y Marcelo Saralegui. En cambio, sus pasajes por la vieja B y la Primera B Nacional dejaron un par de registros interesantes en cuanto a goleadas. Veamos.
Triunfo por 7-2 ante Defensores de Belgrano en 1982, un 6-2 al Gimnasia jujeño en 1987 y más tarde, le ganó 6-0 a Instituto, el 10 de abril de 1993 con goles de Gustavo Echaniz, Adrián Marini, Maxi Cincunegui y Héctor López, entre otros. Llegó el recordado 6-0 al Taladro en la A de 1996 y no hubo más. Varias veces hizo cinco, pero jamás volvió a la media docena.
El repaso por 74 años de historia entre porteños y bonaerenses, manteniendo el largo duelo con Unión y luchando para situarse más alto en el país. La Copa de la Liga de 2021 es un mojón enorme en su rica trayectoria. Enhorabuena. Los recuerdos de goleadas siempre vienen bien.