Hace 80 años se jugaba el campeonato oficial de AFA de Primera A. Eran 16 equipos que se enfrentaron en partidos y revancha a través de dos ruedas. El torneo lo ganó River, con cuatro puntos de ventaja sobre San Lorenzo y seis sobre Newell’s Old Boys.
River ya tenía entre sus titulares a Adolfo Pedernera, José Manuel Moreno, Juan Carlos Muñoz y Ángel Labruna. Apenas faltaba Félix Loustau –que debutará en junio de 1942 contra Platense– para formar la famosa “Máquina”, aquella delantera prodigiosa que hizo historia en el fútbol de esos años.
San Lorenzo contó nuevamente con el formidable goleador vasco Isidro Lángara y el fantástico delantero Rinaldo Martino. Por su parte, Newell’s disputó su tercera temporada en el fútbol porteño presentando un ataque de excepción: Alberto Belén, José Belermino Canteli, René Pontoni, Mario Morosano y Juan Ferreyra. El final del torneo dejaría cuarto a Boca, quintos a Independiente y Huracán, descendiendo Rosario Central en la última jornada.
Sin embargo, el partido que nos ocupa se disputó en la vieja cancha de Lanús, el 20 de abril, con motivo de la cuarta fecha. Platense llegaba con un único punto en la tabla, producto de su igualdad 0-0 como local ante Ferro y dos derrotas, frente a Central e Independiente. No era distinto aquel presente de Lanús, que había perdido con Racing y Huracán, empatando 3-3 con Banfield.
El juez del partido fue Domingo Solari y los Calamares buscaban ganar por quinta vez en casa granate, donde habían vencido en 1921 (1-0), 1922 (4-2), 1939 (3-1) y 1940 (2-1). Lanús lo había vapuleado a Platense varias veces, al punto de golearlo 5-2 en 1928 y en 1929, 5-2 en 1933, 5-1 en 1937 y 7-2 en 1938. O sea que había promesa de goles. Eso estaba garantizado.
En Lanús jugaba un tremendo goleador, el entrerriano Luis Arrieta, que llegaría a marcar 120 goles con la camiseta granate y recién sería destronado por José Sand en pleno Siglo XXI. En el arco estaba el famoso “Pez Volador”, el arquero Juan Elías Yustrich, además de los experimentados Atilio Ducca y León Strembel.
Platense estaba en plena renovación: ese año había llegado el wing izquierdo Roberto Torielli, de larga campaña en el Marrón y faltaban cuatro meses para que debutará un arquerito de 18 años llamado Julio Cozzi. Los puntos altos eran el zaguero Carlos Aldabe, el hal derecho Gregorio Esperón y el mediocampista central rosarino Norberto Toledo. Como centrodelantero, jugaba un hombre del club, Florencio Horacio Arigós, que había marcado sus siete primeros goles en el torneo anterior de 1940. Era su presentación en el nuevo certamen. Arigós estrenó la red esa tarde, al poner el 1-0 a los 11m, tras capturar un rechazo de Ducca y colocar la pelota junto a un poste.
El segundo tiempo fue un show de la efectividad de Platense. A los 8m, Arigós definió con un tiro cruzado una cesión de Cisterna y puso al Calamar a un gol de distancia. Diez minutos más adelante, gambeteó a Ducca y venció a Yustrich con un zurdazo. El festejado 5-4 del visitante lo concretó el puntero derecho Roberto Orlando en el minuto 22 del segundo tiempo y otra vez fue Arigós quien estampó el 6-4 tras tomar un rebote en el travesaño tras remate de Prado. Con Lanús incapaz de reaccionar, Torielli habilitó al intratable Arigós y éste metió un bombazo que venció las manos de Yustrich. Iban 39m del segundo tiempo y Platense lo ganaba 7-4.
Así terminó el partido, con cinco goles de Arigós y una remontada espectacular. Tan especial, que la mayor reacción del Calamar en sus 75 años jugando en Primera División. Arigós hizo un único gol más, en la fecha siguiente en la caída ante San Lorenzo por 2-1. En su corta carrera en Platense, Arigós completó apenas 17 partidos pero conquistó 13 goles, un promedio impresionante. Su trayectoria se perdió entre los recuerdos lejanos. Ni antes ni después jugó en primera división del fútbol de AFA y tampoco en la principal división de ascenso.