Impresiona. Repasar las tablas de posiciones de aquel ascenso de los años cuarenta permite que nos demos cuenta de la presencia de tremendos goleadores, De delanteras con una capacidad llamativa para meter la pelotita en el arco contrario y de varios partidos con resultados totalmente inesperados.
Si del período 1940-1950 vamos a escribir, tenemos que empezar por escribir que Rosario Central se incorporó al fútbol porteño en 1939, invitado especialmente por la AFA junto con Newell’s Old Boys. Le tocó descender a fines de 1941 y para el año siguiente hizo una campaña extraordinaria en la vieja B, ganando el torneo con ocho puntos de ventaja sobre Excursionistas (subcampeón) y doce sobre Vélez (tercero). Aquella formación centralista fue la primera que superó largamente la barrera de los 100 goles.
Central convirtió 118 goles en 32 partidos, un promedio de 3,68 goles por partido, que trepó a 5,66 en condición de local, porque metió 85 tantos en 16 juegos disputados en Arroyito. La línea delantera formada por Bernardo Vilariño, Ángel De Cicco, Rubén Bravo o José Eduardo Martínez, Waldino Aguirre y Ernesto Vidal aportó 98 tantos. Los Canallas dejaron un único punto, al empatar sin goles con Excursionistas, que sería su escolta. Aguirre fue el máximo artillero con 32 conquistas y Central vapuleó a rivales con algunos marcadores enormes: 12-1 a Nueva Chicago con seis tantos del Torito Aguirre, 9-0 a Sportivo Dock Sud con otros seis goles de Aguirre, 8-2 a Acassuso y 7-3 a Sportivo Alsina.
Tres años después, Temperley llegó al récord de goles a favor en un torneo, al conquistar 129 en las 40 fechas que duró el torneo de 1945. El promedio bajó sensiblemente, fue de 2,86 por juego. Hizo 82 goles en sus 20 partidos y mostró sus potentes credenciales goleando 7-2 a Central Córdoba y a Argentino de Rosario. En ese ataque se destacó especialmente el centrodelantero Reynaldo Harguinteguy, artillero del torneo con 44. Los delanteros celestes fueron Heriberto Flores, Miguel Donola, el temible Harguinteguy, Ernesto Rodríguez o Aníbal Paseri y Antonio Núñez: entre los seis hicieron 108 goles para aquel fantástico Temperley.
El cuadro del Sur llegó tercero, tres puntos atrás del campeón Tigre (que marcó un gol menos, 128) y pegadito a Argentino de Rosario, subcampeón. Argentino (101 goles), Quilmes (107) y Banfield (113) también saltaron la barrera de los 100 goles en aquel 1945.
Banfield ganó con enorme ventaja el campeonato de 1946, con 124 goles a favor. Esa vez el mérito de los delanteros dejó apellidos como Gustavo Albella (36), Rafael Sanz (22), Braulio Del Campo (15) y Eduardo Silvera (15). En ese lejano 1946, el otro equipo que pasó la raya fue el Argentino rosarino con 108 conquistas.
Durante 1947, el campeón Gimnasia hizo 100 goles en 38 fechas y su escolta Quilmes metió 104. El Lobo le ganó 8-2 a Chicago en el Bosque y repitió el resultado con Sportivo Dock Sud, aplastando 6-0 a Quilmes como visitante. Justamente, el último equipo que sobrepasó la difícil barrera del centenar fue el Cervecero, que ganó el torneo de 1949 con diez puntos de ventaja sobre Colón. Aquel cuadro quilmeño convirtió 118 goles en 40 fechas, arañando el promedio de tres goles por fecha. Increíblemente José Santiago y Juan Ramón Santos fueron sus máximos artilleros, pero con 23 conquistas cada uno, muy lejos de los líderes José Canteli (Colón) con 43 y Julio Salvucci (Argentinos Juniors) con 39.
Tantos goles, son historia. Irrepetibles, pero también inolvidables.
Foto: Historia del Club Atlético Temperley (Marcelo Ventieri).