Cuando faltaban tres días para la inauguración del Estadio Centenario de Montevideo, la Argentina debutó en la primera Copa del Mundo, en el Parque Central de la capital uruguaya. Fue el 15 de julio de 1930 y el rival fue el combinado francés. Se inició así el camino albiceleste en los mundiales, que se cerraría en aquel primer torneo con el segundo puesto, al perder la final contra el dueño de casa. Hace 90 años.
Participaron 13 países porque varios equipos europeos se plegaron al boicot que armó el dictador italiano Benito Mussolini, muy molesto por la decisión de darle la organización a Uruguay, que había ganado la postulación por ser doble campeón olímpico. Mussolini consiguió la adhesión de España, Suecia, Holanda y Hungría, que en principio también se habían postulado.
El francés Jules Rimet presionó y consiguió que su país, además de Bélgica, Rumania y Yugoeslavia aceptaran el larguísimo viaje en barco. Con ellos, se sumaron nueve equipos del continente americano, entre ellos Estados Unidos, Bolivia y México. Los egipcios llegaron tarde al puerto de Marsella y perdieron la chance de participar, algo que harían en 1934.
Al equipo argentino lo conducía Francisco Pancho Olazar y la lista de jugadores la armaron los dirigentes, excluyendo casi a la totalidad de los buenos futbolistas santafesinos, lo que generó protestas y duras críticas del periodismo. Casi sin entrenamientos, el plantel llegó y se concentró en las afueras de Montevideo. El Grupo A lo formaban los argentinos, Chile, Francia y México. Estos dos equipos abrieron el grupo y los franceses vencieron 4-1 en la primitiva cancha que tenía Peñarol en el barrio de Pocitos.
Dos días después, la Argentina se midió con los galos, que tuvieron poco descanso. Algo así como ocho mil personas acudieron al Parque Central, el estadio más viejo de Montevideo que fue ampliamente remodelado hace dos décadas y sigue siendo el hogar del club Nacional. Allí, quedó muy claro que para los uruguayos el enemigo eran los argentinos. Abucheos, insultos, silbidos, todo en contra del equipo albiceleste, que tardó mucho en poder vencer a los franceses.
La Selección formó con Ángel Bossio (Talleres de Remedios de Escalada) en el arco, José Della Torre (Racing) y Ramón Mutis (Boca) en la zaga. Juan Evaristo (Sportivo Palermo), Luis Monti (San Lorenzo) y Pedro Arico Suárez (Boca). La delantera la formaron Natalio Perinetti (Racing), Francisco Varallo (Gimnasia LP), Manuel Nolo Ferreira (Estudiantes LP), Roberto Cherro (Boca) y Mario Evaristo (Boca).
El partido fue muy equilibrado y el arquero Thepot evitó varias veces el gol argentino. Los insultos entre argentinos y uruguayos en las tribunas tuvieron un punto álgido cuando varios integrantes del seleccionado oriental se acercaron hasta el campo de juego (no había alambrado) y le gritaron de todo durante varios minutos a Roberto Cherro. El goleador boquense terminaría muy afectado por el incidente, que se produjo cuando el juez brasileño Rego finalizó el partido seis minutos antes del minuto 45. Alegó un problema en su cronómetro e hizo jugar otros tres minutos aunque las protestas franceses siguieron hasta en el vestuario.
Cherro tuvo una crisis nerviosa en plena cancha, se desvaneció durante unos instantes y fue auxiliado por sus compañeros. El goleador había jugado su único partido en la Copa del Mundo. No toleró los insultos y bravatas uruguayas que lo tuvieron como blanco preferido. Su intento de subir a la tribuna para pelearse con algunos orientales fue frenado a tiempo.
Pese a todo, la Argentina ganó el partido porque Luis Monti acertó un tiro libre desde unos treinta metros y metió la pelota junto al palo del sólido Thepot, a nueve minutos del final. Los gritos argentinos y el festejo calentaron aún más los ánimos del público local. Los uruguayos no se olvidaban del caos que había ocurrido un año antes, cuando en el Sudamericano de 1929 la Argentina les ganó por 2-0 y ganó el torneo en un partido durísimo y malintencionado. Los visitantes abandonaron la cancha en medio de una lluvia de botellazos.
La Argentina vencería después a México por 6-3 (con tres tantos de Guillermo Stábile) y luego a Chile por 3-1, ganando el grupo. Victoria aplastante por 6-1 ante Estados Unidos en las semifinales y caída en la final ante Uruguay por 4-2, en un partido donde hubo dos equipos argentinos, uno en cada tiempo. La segunda parte, con jugadores que no hicieron casi nada bien, fue un concierto uruguayo y el título se quedó en Montevideo.
Lo cierto es que aquel 15 de julio de 1930 fue el inicio de un larguísimo camino hasta hoy, de un equipo que disputó cinco finales y ganó dos, ubicándose entre los mejores países en la suma histórica de las Copas del Mundo. Ese 1-0 a Francia abrió un recorrido que no termina.
La Selección Argentina de fútbol jugó 81 partidos en las distintas Copas del Mundo. Ganó 43, empató 15 y perdió 23. Convirtió 137 goles y le marcaron 93 tantos. Participó en 17 de los 21 mundiales. Faltó por decisión propia a los torneos de Italia (1934), Francia (1938) y Brasil (1950) quedando fuera en las eliminatorias para México, en 1970. Ocupa el cuarto puesto en la tabla general de posiciones, detrás de Brasil, Alemania e Italia y por delante de Francia, Inglaterra, España, Holanda y Uruguay que lo persiguen.