Iban nada más que 13 minutos de juego cuando Felipe Ribaudo entró por la izquierda y cruzó el zurdazo derrotando a Valdir, el arquero brasileño. Estudiantes de La Plata se ponía en ventaja contra Palmeiras en el estadio Centenario de Montevideo. Era el desempate de la final de la Copa Libertadores de 1968, que había tenido victoria pincha 2-1 en La Plata y triunfo paulista por 3-1 en el desquite.
La clave del partido fue el oportunismo pincha y la buena defensa para sostener el resultado que armaron Poletti desde el arco, Malbernat, Aguirre Suárez, Madero y el tucumano Medina, además de Bilardo y Pachamé en la mediacancha.
A falta de ocho minutos, Juan Ramón Verón se escapó desde la media cancha, gambeteó a dos defensores, esperó a Valdir lo eludió y tocó de derecha al arco vacío. Golazo, 2-0 definitivo y la fiesta en la capital uruguaya y en La Plata y muchos lugares del país. Estudiantes emulaba a Independiente (1964 y 1965) y al Racing Club (1967) los dos cuadros que se habían quedado antes con la Copa Libertadores.
Para ganar su primera Copa, el pincha jugó 16 partidos, ganó 11, empató y perdió 3. Dejó en el camino, justamente, a los dos grandes de Avellaneda, aunque con Racing fue una victoria para cada uno y un empate en un gol en el desempate en el Monumental, clasificándose Estudiantes a la final por ventaja de goles a favor. Verón hizo nueve goles en esa Copa y fue decisivo.
La historia tuvo final feliz el 16 de mayo de 1968. Un día como hoy.